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viernes, 25 de julio de 2014

LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS Y ALGUNAS PROFECÍAS QUE LOS PREDICEN



UNA PROYECCIÓN DE LA VIDA DE LA IGLESIA
Por AFT


La Historia, o el hecho histórico, pueden ser mirados desde distintos puntos de vista, como ocurre con todo ente real. Como dice muy bien Américo Castro, si nos limitamos a los acontecimientos, no podemos hacer historia, sino sólo eventografía. Salvador Borrego cita a Ortega y Gasset, en el prólogo a las "Épocas de la Historia Alemana" de Spengler, y dice que "los hechos son la piel de la Historia. Sólo mediante el análisis podemos extraerle el jugo, como quién exprime un limón".

La Historia de la Iglesia, difiere de toda otra, en cuánto a que disponemos de un punto de vista más: se trata de la Hermenéutica, pues en cierto modo su Historia está profetizada. En ningún lugar más explícito, que en el Apocalipsis: (Totum hoc tempus quod liber iste complectitur a primo scilicet adventu Christi usque in saeculi finen quod erit secundus ejus adventus. [San Agustín: De Civitate Dei VIII,I]) y que según S.Alberto Magno, debemos interpretar: "Per Ephesum signatur Ecclesiae témpore Apostolorum; per Smyrno status Ecclesiae in témpore Martyrum.

Salvador Borrego (véase: "La Cruz y la Espada") señala con acierto indudable, que en la antigüedad sólo el Pueblo de Israel tiene continuidad propiamente dicha; persas, medos y egipcios son descubiertos por la Historia, en razón de documentos, pero no por su continuidad, pues "todos han pasado y desaparecido". En cambio, el Pueblo de Israel, mantiene su continuidad durante el bimilenio que va de Abraham a Jesús.
Nacido el Cristo, ocurre algo muy singular: Su nacimiento es anunciado en forma muy limitada: a la Sagrada Familia; a sus parientes Zacarías e Isabel,  y luego a los Pastores de Belén.

NACIMIENTO DE CRISTO y del ANTICRISTO:

El anuncio oficial al Pueblo de Israel, es efectuado por gente extraña a él. Vienen unos Magos de Oriente; van al rey de Judá que "se turba" y "toda Jerusalén con él". Nuevamente, una comunicación en oculto, informa a Simeón y Ana, se extiende la noticia, y llega a oídos de Herodes; el turbado se irrita y busca "matar al Niño".- ¿Qué amenaza contra Herodes o contra Cesar pudiera tener un niño pobrecito nacido en Belén? .. ¡ninguna! No es el temor de un rey terreno, lo que provoca la turbación de Herodes; es el nacimiento del Mesías de Todos, no el promotor de la grandeza terrena del Israel carnal, sino el Salvador del género humano de las garras de Satán. Por eso "se turba toda Jerusalén con él". En este martirio de los Inocentes, vemos nacer al Anticristo, que permanecerá como "misterio de iniquidad" <2 .tes=""> hasta el fin de los tiempos, encarnado en "la mafia judía", que ligada al "Dragón", llegará a dominar el mundo:
"aquella vieja serpiente, que se llama diablo y Satanás". (Ap;12;9).

Retorno a Borrego que afirma que estos episodios generan dos continuidades: la de La Iglesia, y la del Anticristo; irreconciliables y en una lucha que define como "metafísica", pues está más allá del mero orden temporal.

La Historia de La Iglesia mirada desde este punto de vista es lo que pretendemos describir, habiendo descrito el primer capítulo: el nacimiento de Cristo y del Anticristo

LA DIASPORA

La caída de Jerusalem (70) y la diáspora forzada, constituye el segundo: los judíos, siempre hábiles en ubicarse en las alturas terrenas, promueven las persecuciones; "los hijos de la esclava persiguen a los hijos de la libre" (Gal;4;29); así Popea promueve las persecuciones de Nerón. Los Padres San Justino y Orígenes afirman que la Sinagoga era la fuente de las persecuciones y que tres veces al día, se rezaba la "amida", pidiendo que los "cristianos fueran borrados del libro de  la vida".


LA PRISION DE SATANAS

El tercer capítulo de esta historia comienza en el siglo IV con la conversión de Constantino.  "Aparecerá en el cielo la Señal del Hijo del Hombre y se lamentarán todas las tribus": (Mat;24;30) Consta en los archivos Vaticanos, firmado por Constantino, la aparición del Lábaro Constantino "In Hoc Signo Vinces" y venció a Majencio, se convirtió y emitió el Edicto de Milán. La Iglesia salió de la persecución y comenzó a reinar sobre el mundo civilizado. Mil años; "milenio" de monarquía cristiana; Iglesia de Tyátira. "Vi un ángel que descendía del cielo con una cadena en la mano. Y prendió al dragón, la antigua serpiente, que es el diablo y Satanás y lo encerró [...] hasta que fueran cumplidos los mil años. (300 a 1500) (Ap.20;1y2). El Lábaro Constantino es el del Imperio Católico e iba desplegado en las velas de España; Malta y Portugal.

SATANÁS ES SOLTADO PARA ENGAÑAR A LAS GENTES

“Cumplidos los mil años, Satanás será soltado” (Apoc;20;7)
"¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran furia, sabiendo que le queda poco tiempo". (Ap;12;12)

La ruptura de la Cristiandad por el luteranismo (1517) es concomitante con la aparición de la Virgen de Guadalupe en Tepeyac:

"Foederis Arca Novi et aeterni testamenti" (Ap.12; 1 Et signum magnum apparuit in caelo: mulier amicta sole, et luna sub pedibus eius, et super caput eius corona stellarum duodecim;) "Apareció en el cielo una gran señal: una Mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies:" Pero: "también apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón rojo". - ¿Qué duda cabe de que hay ilación real entre la ruptura luterana con la anglicana? ¿Qué duda hay de que la fuerza del imperio anglosajón le fue dada por el Dragón? El casamiento entre la Corona Británica y la Masonería, se realizó con su aceptación por Jorge II, > y se formó en Londres el 24 de junio de 1717 la Gran Logia de Inglaterra, que en 1813, pasó a ser la Gran Logia Unida, madre y maestra de las demás logias del mundo.

Ese casamiento favorece la acción disolvente del liberalismo; la corona trabaja para la masonería; ese casamiento favorece la expansión del imperio británico: las logias comandan la política a partir de la disgregación del Imperio Católico. * Ver próximamente unión de Inglaterra con la masonería.

La crisis luterana y las concomitantes: calvinista; anglicana; anabaptista, dieron lugar al crecimiento del poder financiero que de una u otra forma, siempre ha estado ligado a la "mafia" que persigue a la Iglesia. Considérese cómo a través de la masonería organizaron el golpe mortal que significó la revolución francesa.
A partir de ella, el liberalismo encarnado en la sociedad moderna, dicta su ley al margen de la Ley de Dios. Las fuerzas anticristianas (o del Anticristo) siguen su ascenso y organizan el dominio de la opinión pública, a través de los "media". Obra de inteligencias brillantes, pero anticristianas. Esto engendró el dominio total de la Estrella por medio de las logias e instituciones mundialistas.

EL ASALTO A LA CABEZA

Dan 11:31: Y se levantarán de su parte, tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora. Esas tropas son las “usurpadoras de la Sede”. Tropas ¿de quién? No cabe duda, que son del Anticristo, que reside en el judaísmo. Es exactamente lo que hemos vivido en el asalto a la Sede

El canónigo Roca, sacerdote nacido en 1830, ordenado en 1858, que se adhirió a los movimientos de la Revolución y sus sectas promotoras más prominentes, profetizó: «¿Qué se prepara en la Iglesia Universal? » No es una reforma; es, no me atrevo a decir una revolución, ya que el vocablo sonaría mal y no sería exacto, sino una evolución...» «Yo creo que el culto divino, tal como lo regulan la Liturgia, el Ceremonial, los Ritos y los Preceptos de la Iglesia Romana, sufrirán próximamente en un Concilio Ecuménico una tal transformación, que al mismo tiempo que le devolverá la sencillez de la edad de oro apostólica, la pondrá en armonía con el estado nuevo de la conciencia y de la civilización moderna».
   ...«Y esa nueva Iglesia, aunque tal vez no deba conservar nada de la disciplina escolástica y de la forma rudimentaria de la Iglesia antigua, recibirá, sin embargo, de Roma, la Consagración y la jurisdicción canónica»

Leemos en la presentación: de “Ils l’on Decouroné” de Lefevbre:

EL COMPLOT LIBERAL DE SATAN
CONTRA IGLESIA Y PAPADO
     Paralelamente Mons. Lefevbre muestra cómo la penetración del liberalismo en la alta jerarquía, hasta el mismo Papado, que fuera impensable hace dos siglos, fue sin embargo pensada, predicha y organizada desde comienzos del siglo pasado, por la masonería. Y muestra los documentos probatorios de ese supremo atentado contra la Iglesia y Papado. [p.145]
     A pesar de haber sido denunciado por los Papas, [p151] ese complot que pretendía la "subversio capitis" del Papa, y la creación de una Iglesia iluminada Nueva, ha ido avanzando. Hay que reconocer que todo esto está al llegar como lo anunció el canónigo Roca, a menos que Nuestro Señor lo impida. "De hecho se sabía que Roncalli, nombrado Papa realizaría el ecumenismo, y esto, probablemente por un concilio” Pero, quién dice ecumenismo, dice libertad religiosa y liberalismo. Como que esto se sabía desde antes, hay que concluir que la revolución por la tiara, no fue improvisada.

El primer gran paso, fue la difusión del modernismo en el clero, como lo denuncia San Pío X. El segundo fue tomar el dominio de la Curia por el modernismo. Pablo VI fue el gran arquitecto del segundo paso; Judío por madre y masón iniciado en el sur de Francia.
  

LA CURIA OCUPADA


La Cabeza de la Iglesia está dominada, como señala Borrego a raíz de la ocupación de la Curia por el modernismo. Tres casos lo prueban con evidencia. Esa ocupación fue monitoreada por Montini, que venía de tiempo atrás constituyéndose en cabeza del progresismo curial. Llegado al Pontificado, en 1964 concurre a las Naciones Unidas y allí hace un acto de adoración ante una Piedra Negra que es la Angular del Edificio Onusiano. En su discurso ante la ONU, se hace fotografiar con el Efod en el pecho, mostrándose como pontífice judío, mientras que con su mano cubre la Cruz pectoral. Esa foto fue publicada por Fígaro Magazine.

El segundo caso fue la Abominación de Asís en 1986, con su trasfondo masónico, que fue bancada por la B'naï B'rith.

El tercer caso probatorio de dicha ocupación: fue cuando murió el Cardenal Aaron Lustiger, y salió Benedicto XVI a elogiarlo públicamente. Lustiger fue Cardenal Arzobispo de París, un criptojudío, declarado judaizante, que niega, en su obra magna “La Choix de Dieu”, que Jesús sea el Salvador, sino que lo es el Pueblo Judío, y que el valor de Jesús, proviene de su inserción en el pueblo judío.

Y MAS LUEGO VENDRA EL FIN
Petrus Romanus: "In persecutione extrema S.R.E. sedebit Petrus Romanus, qui pascet oves in multis tribulationibus: quibus transactis civitas septicollis diruetur, et Iudex tremêndus iudicabit populum suum”.

"Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre, porque antes del diluvio comían y bebían, se casaban y daban en casamiento hasta el día que Noé entró en el Arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio, así será en la venida del Hijo del Hombre. (Mt;24;37)

“OAMDG”

miércoles, 23 de julio de 2014

VIDA DE SAN BENITO POR SAN GREGORIO MAGNO (6a Y ULTIMA PARTE)



CAPÍTULO XXIX

LA TINAJA VACÍA QUE REBOSO DE ACEITE

Acabada la reprensión, púsose en oración juntamente con los demás monjes. En el mismo lugar donde oraban había una tinaja vacía y cubierta. Como el santo varón prolongara su oración, la tapadera de la tinaja empezó a levantarse, empujada por el aceite que iba subiendo. Al fin cayó la tapadera, y el aceite, desbordándose, comenzó a invadir el pavimento del lugar donde estaban postrados en oración. Al darse cuenta de ello el siervo de Dios Benito, puso en seguida fin a su oración y al punto el aceite dejó de derramarse por el suelo. Entonces amonestó con más insistencia al monje desconfiado y desobediente, para que aprendiese en adelante a tener más fe y humildad. El monje, saludablemente corregido, quedó ruborizado de ver que el venerable abad había mostrado con milagros el poder de Dios todopoderoso, del que antes le había hablado en la primera amonestación. Y así, no había ya quien dudara de las promesas de aquel que en un instante trocó un vaso de cristal casi vacío en una tinaja rebosante de aceite.

CAPÍTULO XXX

DEL MONJE LIBRADO DEL DEMONIO

Un día, yendo el hombre de Dios a orar a la ermita de San Juan, situada en la misma cumbre del monte, cruzóse con él el antiguo enemigo en figura de veterinario, llevando consigo el cuerno y la tripédica.

Preguntóle Benito: "¿Adónde vas?". Él le respondió: "A darles una poción a tus monjes". Prosiguió el venerable Benito su camino y concluida su oración regresó al monasterio. Entre tanto, el maligno espíritu encontró a un monje anciano que estaba sacando agua, y al punto entró en él y le arrojó por tierra, atormentándole furiosamente. El hombre de Dios, que regresaba ya de su oración, al ver a aquel monje tan cruelmente atormentado, dióle solamente una bofetada y el maligno espíritu salió tan rápidamente de él, que no se atrevió jamás a volver a aquel monje.

PEDRO.- Quisiera saber si estos milagros tan grandes los obtenía siempre por el poder de la oración, o si a veces los obraba con sólo el querer de su voluntad.

GREGORIO.- Los que se unen devotamente a Dios suelen obrar milagros de ambas maneras, según lo exigen las circunstancias, de suerte que unas veces hacen prodigios por medio de la oración y otras por sólo su propio poder. Porque si san Juan dice: A todos los que le recibieron les dio poder de llegar a ser hijos de Dios (Jn 1,12), ¿por qué maravillarse de que puedan obrar prodigios por su propio poder, quienes son hijos de Dios por ese mismo poder? 
Que obran milagros de las dos maneras nos lo atestigua san Pedro, que resucitó a la difunta Tabita con la oración (Hch 9,40) y entregó a la muerte a Ananías y Safira por sola su reprensión (Hch 5,1-10), puesto que no se dice que orara para que murieran, sino únicamente que les echó en cara el pecado que habían cometido. Luego es cierto, que unas veces obran milagros por su propia virtud, y otras por virtud de la oración, ya que a éstos les quitó la vida recriminándoles su pecado, y a aquélla se la restituyó orando.

Y para que veas que esto es verdad, voy a traer ahora a colación dos prodigios del fiel siervo de Dios Benito, en los cuales aparece claramente que uno lo obró por el poder recibido de Dios y el otro por la oración.

CAPÍTULO XXXI

DE UN LABRIEGO MANIATADO, QUE DESATÓ CON SÓLO SU MIRADA

Un godo por nombre Zalla, afiliado a la herejía arriana, en tiempos del rey Totila, se encendió en odio y bárbara crueldad contra los varones piadosos de la Iglesia Católica, hasta el punto de que si algún clérigo o monje topaba con él no escapaba con vida de sus manos. Un día, abrasado por el ardor de su avaricia y ávido de rapiña, le dio por afligir con crueles tormentos a cierto labriego, y a torturarle con varios suplicios. El rústico, vencido por tales tormentos, declaró que había confiado todos sus bienes al siervo de Dios Benito, para que creyéndole su verdugo, diera entre tanto tregua a su crueldad y pudiera ganar unas horas de vida.

Cesó entonces Zalla de atormentar al labriego, pero le ató los brazos con gruesas cuerdas y comenzó a empujarle delante de su caballo para que le mostrara quién era el tal Benito, que había recibido en depósito todos sus bienes. El labriego, que iba delante con los brazos atados, le condujo al monasterio del santo varón, a quien encontró sentado junto a la puerta, solo y leyendo. El labriego dijo al cruel Zalla, que iba detrás de él: "He aquí al abad Benito, de quien antes te hablé". Zalla fijó en él su mirada llena de ira y ferocidad, y creyendo que podía usar con él los procedimientos terroristas que acostumbraba, empezó a gritar fuertemente, diciéndole: "¡Levántate, levántate! ¡Devuelve todo lo que recibiste de este labriego!". Al oír estas palabras, el hombre de Dios, levantó sus ojos de la lectura, le miró y fijó también la vista en el labriego que mantenía maniatado. A1 poner los ojos sobre los brazos del labriego, comenzaron a desatarse de un modo maravilloso y con tanta rapidez las cuerdas que ataban sus brazos, que no hubiera podido desligarlos tan presto celeridad humana alguna. Al ver Zalla cuán fácilmente quedaba desatado aquel que había traído maniatado consigo, aterrado ante la fuerza de tal poder, cayó del caballo y doblando a las plantas de Benito aquella su cerviz de inflexible crueldad, se encomendó a sus oraciones.

El hombre de Dios no dejó por eso su lectura, pero llamó a los monjes y les mandó que introdujeran a Zalla en el monasterio y que le obsequiaran con algún alimento bendecido. Cuando volvió a su presencia, le amonestó a que dejara tanta insana crueldad. Y así, al retirarse aplacado, no se atrevió a pedir nada a aquel labriego, a quien el hombre de Dios había desatado sin tocarlo, con sóla su mirada.

Esto es, Pedro, lo que antes te decía: que aquellos que sirven con más familiaridad a Dios todopoderoso algunas veces suelen obrar cosas admirables con sólo su poder. Pues el que estando sentado reprimiera la ferocidad de aquel terrible godo, y con sólo su mirada deshiciera las cuerdas y nudos que ataban los brazos de un inocente, nos indican por la misma rapidez con que se hizo el milagro, que había recibido el poder de hacerlo.
Ahora añadiré también un magnífico milagro, que obtuvo por medio de la oración.

CAPÍTULO XXXII

DE UN MUERTO, RESUCITADO POR LA ORACIÓN DEL HOMBRE DE DIOS

Cierto día, mientras el hombre de Dios había salido con sus monjes a las labores del campo, llegó al monasterio un campesino llevando en brazos el cuerpo de su hijo muerto, y estando fuera de sí por el dolor de tamaña pérdida, preguntó por el abad Benito. Cuando se le contestó que el abad estaba en el campo con los monjes, dejó a la puerta del monasterio el cuerpo de su hijo difunto y trastornado por el dolor comenzó a correr en busca del venerable abad. Pero entonces regresaba ya el hombre de Dios del trabajo del campo con
sus monjes. Apenas le divisó el campesino, comenzó a gritar: "¡Devuélveme a mi hijo! ¡Devuélveme a mi hijo!". A1 oír estas palabras detúvose el hombre de Dios y le dijo: "¿Es que te he quitado yo a tu hijo?". A lo que respondió aquél: "Ha muerto; ven y resucítale". Al oír esto el siervo de Dios, se entristeció sobremanera
y dijo: "Retiraos, hermanos, retiraos, que estas cosas no son para nosotros; son propias de los santos Apóstoles. ¿Por qué queréis imponernos cargas que no podemos llevar?". Pero el campesino, abrumado por el dolor, persistía en su demanda, jurando que no se había de ir si no resucitaba a su hijo. Entonces el siervo
de Dios preguntó:

"¿Dónde está?". Él le respondió: "Su cuerpo yace junto a la puerta del monasterio". Llegado que hubo allí el hombre de Dios con sus monjes, dobló las rodillas y se echó sobre el cuerpecito del niño, luego se levantó y alzando las manos al cielo dijo: "Señor, no mires mis pecados, sino la fe de este hombre que pide que se le resucite a su hijo, y devuelve a este cuerpecito el alma que le has quitado". Apenas había acabado de decir las palabras de esta oración, cuando volvió el alma al cuerpo del niño, estremeciéndose éste de tal modo, que quedó bien patente a los ojos de todos que aquel cuerpo se había agitado conmovido por una sacudida maravillosa. Tomó entonces al niño de la mano y vivo y sano lo entregó a su padre.
Aquí queda de manifiesto, Pedro, que no estuvo en su poder el hacer este milagro, ya que postrado en tierra pidió poder para realizarlo.

PEDRO.- Está claro que todo es como dices, porque has probado tus palabras con hechos. Pero dime, por favor, si los santos pueden hacer todo lo que quieren y si alcanzan todo lo que desean obtener.

CAPÍTULO XXXIII

EL MILAGRO DE SU HERMANA ESCOLÁSTICA

GREGORIO.- ¿Quién habrá, Pedro, en esta vida más grande que san Pablo? Y sin embargo tres veces rogó al Señor que le librara del aguijón de la carne (2Co 12,8) y no pudo alcanzar lo que deseaba. Por eso, es preciso que te cuente del venerable abad Benito cómo deseó algo y no pudo obtenerlo. En efecto, una hermana suya, llamada Escolástica, consagrada a Dios todopoderoso desde su infancia, acostumbraba a visitarle una vez al año. Para verla, el hombre de Dios descendía a una posesión del monasterio, situada no lejos de la puerta del mismo. Un día vino como de costumbre y su venerable hermano bajó donde ella, acompañado de algunos de sus discípulos. Pasaron todo el día ocupados en la alabanza divina y en santos coloquios, y al acercarse las tinieblas de la noche tomaron juntos la refección. Estando aún sentados a la mesa entretenidos en santos coloquios, y siendo ya la hora muy avanzada, dicha religiosa hermana suya le rogó: "Te suplico que no me dejes esta noche, para que podamos hablar hasta mañana de los goces de la vida celestial". 

A lo que él respondió: "¡Qué es lo que dices, hermana! En modo alguno puedo permanecer fuera del monasterio".
Estaba entonces el cielo tan despejado que no se veía en él ni una sola nube. Pero la religiosa mujer, al oír la negativa de su hermano, juntó las manos sobre la mesa con los dedos entrelazados y apoyó en ellas la cabeza para orar a Dios todopoderoso. Cuando levantó la cabeza de la mesa, era tanta la violencia de los relámpagos y truenos y la inundación de la lluvia, que ni el venerable Benito ni los monjes que con él estaban pudieron trasponer el umbral del lugar donde estaban sentados. En efecto, la religiosa mujer, mientras tenía la cabeza apoyada en las manos había derramado sobre la mesa tal río de lágrimas, que trocaron en lluvia la serenidad
del cielo. Y no tardó en seguir a la oración la inundación del agua, sino que de tal manera fueron simultáneas la oración y la copiosa lluvia, que cuando fue a levantar la cabeza de la mesa se oyó el estallido del trueno y lo mismo fue levantarla que caer al momento la lluvia. Entonces, viendo el hombre de Dios, que en medio de tantos relámpagos y truenos y de aquella lluvia torrencial no le era posible regresar al monasterio, entristecido, empezó a quejarse diciendo: "¡Que Dios todopoderoso te perdone, hermana! ¿Qué es lo que has hecho?". A lo que ella respondió: " Te lo supliqué y no quisiste escucharme; rogué a mi Señor y él me ha oído. Ahora, sal si puedes. Déjame y regresa al monasterio". Pero no pudiendo salir fuera de la estancia, hubo de quedarse a la fuerza, ya que no había querido permanecer con ella de buena gana. Y así fue cómo pasaron toda la noche en vela, saciándose mutuamente con coloquios sobre la vida espiritual.

Por eso te dije, que quiso algo que no pudo alcanzar. Porque si bien nos fijamos en el pensamiento del venerable varón, no hay duda que deseaba se mantuviera el cielo despejado como cuando había bajado del monasterio, pero contra lo que deseaba se hizo el milagro, por el poder de Dios todopoderoso y gracias al corazón de aquella santa mujer. Y no es de maravillar que, en esta ocasión, aquella mujer que deseaba ver a su hermano pudiese más que él, porque según la sentencia de san Juan: Dios es amor (1Jn 4,16), y con razón pudo más la que amó más (Lc 7,47) 53.

PEDRO.- Ciertamente, me gusta mucho lo que dices.

CAPÍTULO XXXIV

CÓMO VIO SALIR EL ALMA DEL CUERPO DE SU HERMANA

GREGORIO.- Al día siguiente, la venerable mujer volvió a su morada y el hombre de Dios regresó también al monasterio. Tres días después, estando en su celda con los ojos levantados al cielo, vio el alma de su hermana, que saliendo de su cuerpo en forma de paloma penetraba en lo más alto del cielo. Gozándose con ella de tan gran gloria, dio gracias a Dios todopoderoso con himnos de alabanza y anunció su muerte a los monjes, a quienes envió en seguida para que trajeran su cuerpo al monasterio y lo depositaran en el sepulcro que había preparado para sí. De esta manera, ni la tumba pudo separar los cuerpos de aquellos cuyas almas habían estado siempre unidas en el Señor.

CAPÍTULO XXXV
DEL MUNDO ENTERO REUNIDO ANTE SUS OJOS Y DEL ALMA DE GERMÁN, OBISPO DE CAPUA

En otra ocasión, Servando, diácono y abad del monasterio que Liberio, antiguo patricio, había fundado en la región de Campania, fue a visitar a Benito, según su costumbre. Efectivamente, frecuentaba su monasterio; y como él estaba también lleno de buena doctrina y de gracia celestial, se intercambiaban dulces palabras de vida, y suspirando pregustaban ya el suave alimento de la patria celestial.

Habiendo llegado la hora de entregarse al descanso, el venerable Benito subió a su celda situada en la parte superior de una torre y el diácono Servando se quedó en la parte inferior. Una escalera comunicaba un piso con otro. Frente a la misma torre había una habitación amplia donde descansaban los discípulos de ambos.

El hombre de Dios, Benito, mientras los monjes dormían aún, se anticipó a la hora de las vigilias nocturnas y se quedó de pie junto a la ventana orando a Dios todopoderoso. De pronto en aquella intempestiva hora nocturna vio difundirse una luz desde lo alto, que ahuyentó las tinieblas de la noche. Aquella luz, en medio de la oscuridad brillaba con tanto resplandor, que su claridad superaba con creces a la luz del día.

En esta visión se siguió algo en extremo maravilloso, ya que según él mismo contó luego, apareció ante sus ojos el mundo entero, como recogido en un rayo de sol. Y mientras el venerable abad fijaba sus pupilas en el resplandor de aquella luz tan brillante, vio cómo el alma de Germán, obispo de Capua, era llevada al cielo por los ángeles en una bola de fuego.

Entonces, queriendo tener un testigo de tamaña maravilla, llamó al diácono Servando repitiendo dos o tres veces su nombre a grandes voces.
Asustado por aquel grito, insólito en el hombre de Dios, subió y miró, pero no vio más que una pequeña centella de aquella luz. Y como Servando quedara atónito ante este prodigio tan grande, el hombre de Dios le contó detalladamente todo lo que había sucedido. En seguida dio aviso al piadoso varón Teoprobo, de la
villa de Casino, para que aquella misma noche enviara un mensajero a la ciudad de Capua, con el fin de informarse de cómo estaba el obispo Germán y se lo notificara. El mensajero encontró ya difunto al venerabilísimo obispo Germán, e informándose minuciosamente supo que su óbito había acaecido en el mismo instante en que el hombre de Dios había visto subir su alma al cielo.

PEDRO.- ¡Cosa sobremanera admirable y de todo punto inaudita! Pero eso que has dicho: de que ante sus ojos apareció el mundo entero como recogido en un rayo de sol, no puedo imaginármelo, porque jamás he tenido semejante experiencia. Pues, ¿cómo es posible que el mundo entero pueda ser visto por un hombre?

GREGORIO.- Fíjate bien, Pedro, en lo que voy a decirte. Para el alma que ve al Creador, pequeña es toda criatura. Puesto que por poca que sea la luz que reciba del Creador, le parece exiguo todo lo creado. Porque la claridad de la contemplación interior amplifica la visión íntima del alma y tanto se dilata en Dios, que se hace superior al mundo; incluso el alma del vidente se levanta sobre sí, pues en la luz de Dios se eleva y se agranda interiormente. Y cuando así elevada mira lo que queda debajo de ella, entiende cuán pequeño es lo que antes estando en sí, no podía comprender. El hombre de Dios, pues, contemplando el globo de fuego vio también a los ángeles que subían al cielo, cosa que ciertamente no pudo ver sino en la luz de Dios. ¿Qué hay de extraño, pues, que viera el mundo reunido en su presencia, el que elevado por la luz del espíritu salió fuera del mundo? Y al decir que el mundo quedó recogido ante sus ojos, no quiero decir que el cielo y la tierra redujeran su tamaño, sino que, dilatado y arrebatado en Dios el espíritu del vidente, pudo ver sin dificultad todo lo que estaba por debajo de Dios. Pues a esta luz que brillaba ante sus ojos, correspondía una luz interior en su alma, que arrebatando el espíritu del vidente en las cosas celestiales, le mostró cuán pequeñas son todas las cosas terrenas.

PEDRO.- Veo que me ha sido de gran utilidad el no haber entendido lo que dijiste antes, pues gracias a mi lentitud en comprender, tu explicación ha sido mucho más completa. Pero ahora que ya me has explicado estas cosas con tanta claridad, te ruego que vuelvas a tomar el hilo de la narración.

CAPITULO XXXVI

QUE ESCRIBIÓ UNA REGLA MONÁSTICA

GREGORIO.- Con gusto, Pedro, seguiría contándote cosas de este venerable abad, pero algunas las omitiré adrede, porque tengo prisa en contar los hechos de otros personajes. Con todo, no quiero que ignores que el hombre de Dios, no sólo resplandeció en el mundo por sus muchos milagros, sino que también brilló, y de una manera bastante luminosa, por su doctrina, pues escribió una Regla para monjes, notable por su discreción y clara en su lenguaje. El que quiera conocer con más detalle su vida y costumbres, podrá encontrar en las ordenaciones de esta Regla todo lo que enseñó con el ejemplo, pues el santo varón de ningún modo pudo enseñar otra cosa sino lo que había vivido.

CAPÍTULO XXXVII

LA PROFECÍA QUE DE SU MUERTE HIZO A LOS MONJES

En el mismo año que había de salir de esta vida, anunció el día de su santísima muerte a algunos de los monjes que vivían con él y a otros que estaban lejos; a los que estaban presentes les recomendó que guardaran silencio de lo que habían oído y a los ausentes les indicó la señal que les daría cuando su alma saliera del cuerpo.
Seis días antes de su muerte mandó abrir su sepultura. Pronto fue atacado por la fiebre y comenzó a fatigarse a causa de su violento ardor. Como la enfermedad se agravaba cada día más, al sexto día se hizo llevar por sus discípulos al oratorio, donde confortado para la salida de este mundo con la recepción del cuerpo y la sangre del Señor y apoyando sus débiles miembros en las manos de sus discípulos, permaneció de pie con las manos levantadas al cielo y exhaló el último suspiro, entre palabras de oración.

En el mismo día, dos de sus monjes, uno que vivía en el mismo monasterio y otro que estaba lejos de él tuvieron una misma e idéntica visión. Vieron en efecto un camino adornado de tapices y resplandeciente de innumerables lámparas, que en dirección a Oriente iba desde su monasterio al cielo. En la parte superior del
camino, un hombre de aspecto venerable y lleno de luz les preguntó si sabían qué camino era el que estaban viendo. Al contestarle ellos que lo ignoraban, les dijo: "Éste es el camino por al cual el amado del Señor, Benito, ha subido al cielo". Así, pues, los presentes vieron la muerte del santo varón y los ausentes la conocieron por la señal que les había dado.

Fue sepultado en el oratorio de San Juan Bautista, que él mismo había edificado sobre el destruido altar de Apolo. Y tanto aquí como en la cueva de Subiaco, donde antes había habitado, brilla hasta el día de hoy por sus milagros, cuando lo merece la fe de quienes los piden.

CAPÍTULO XXXVIII

DE UNA MUJER LOCA, CURADA EN SU CUEVA

No ha mucho ocurrió el hecho que voy a narrar. Una mujer loca, mientras tuvo enajenado el juicio, vagaba día y noche por montes y valles, bosques y campos, sin descansar en parte alguna, sino donde le obligaba la fatiga.

Un día, después de haber andado errante durante mucho tiempo, llegó a la cueva del bienaventurado Benito y quedóse allí dormida, ignorando empero dónde había entrado. Al día siguiente, salió tan sana de juicio como si nunca hubiera sufrido desvarío alguno, y durante el resto de su vida conservó la salud que había recobrado.

PEDRO.- ¿Por qué vemos con frecuencia que sucede lo mismo con los santos mártires, que no hacen tantos milagros donde están sus cuerpos sepultados o hay reliquias suyas, y en cambio obran prodigios mayores donde no están sepultados?

GREGORIO.- No dudo, Pedro, que los santos mártires pueden obrar muchos prodigios allí donde yacen sus cuerpos, como de hecho así sucede, y allí hacen innumerables milagros a los que los solicitan con recta intención. Pero, porque las almas enfermizas pueden dudar de que los mártires estén presentes para escucharles donde saben que no están sus cuerpos, por eso es necesario que obren mayores milagros donde un alma débil puede dudar de su presencia. Pero la fe de aquellos que tienen el alma unida a Dios tiene tanto más mérito, cuanto que saben que aunque no estén allí sus cuerpos, no por eso dejarán de ser escuchados.

Por eso, la misma Verdad, para acrecentar la fe de sus discípulos, les dijo: Si yo no me voy, no vendrá a vosotros el Espíritu Paráclito (Jn 16,7). Pero siendo así que el Espíritu Paráclito procede continuamente del Padre y del Hijo, ¿por qué dice el Hijo que debe retirarse para que venga el que no se aleja jamás de él? Pues porque los discípulos, viendo al Señor en la carne, tenían deseos de verle siempre con los ojos corporales.

Por eso les dijo con razón: Si yo no me voy, no vendrá a vosotros el Espíritu Paráclito. Como si dijera abiertamente: "Si no sustraigo mi cuerpo a vuestras miradas, no puedo mostraros lo que es el amor del Espíritu; y si no dejáis de verme corporalmente, jamás aprenderéis a amarme espiritualmente".

PEDRO.- Me gusta tu explicación.

GREGORIO.- Debemos hacer ahora una pequeña pausa en nuestra conversación, pues si hemos de seguir narrando los milagros de otros santos, preciso será que, entre tanto, con el silencio reparemos nuestras fuerzas.

FIN


Sermón del P. Ramiro Martín Ribas en Daimiel

SERMON DEL VI DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS: R.P. HUGO RUIZ V.


SERMÓN DEL SEXTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS




martes, 22 de julio de 2014

LA CRUZ MILAGROSA DE HUATULCO



LA CRUZ MILAGROSA DE HUATULCO
ANTE EL ATAQUE DE LOS PIRATAS INGLESES
PERMANECIÓ INCÓLUME
Por Luis Ozdem


SE TRATA DE UN AUTÉNTICO MILAGRO CUYO REGISTRO QUEDÓ IMPRESO EN EL RECUERDO DE LA GENTE Y EN LOS ARCHIVOS DE LA ÉPOCA, PARA MEMORIA DE MUCHAS GENERACIONES.

Este hecho insólito nos da pie para tocar brevemente el tema de los corsarios, piratas o bucaneros. El tema de la piratería es fascinante porque está ligado a las historias locales de todos los pueblos sedentarios desde milenios antes del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, y luego, a lo largo de la era cristiana. Aún en este tercer milenio, siguen habiendo actos piráticos, pero de gran altura técnica.

ANTECEDENTES Y RAZONES
DE LA PIRATERÍA CONTRA ESPAÑA

En este pequeño texto vamos a relatar brevemente algunos hechos de la piratería, relacionados con los años posteriores a la conquista del Nuevo Mundo por España. Los actos piratas más notorios en los albores novohispanos son evidentemente, los efectuados por ingleses protestantes, a los que se agregaron los franceses hugonotes y los holandeses calvinistas. En perjuicio del Imperio Español Católico.

Inglaterra, el país de los piratas.

Hemos de recordar que la razón principal de la conquista romana de las islas británicas fueron los constantes actos de piratería de los nativos del sur de la Isla inglesa llamados “vénetos” por los romanos. Esos piratas atacaban constantemente los puertos de la Galia por lo que el Emperador Claudio ordenó su conquista. Invadiendo la Isla en el año 43 a.C. y quedando la Britania sujeta al Imperio romano por trescientos años. Al caer el Imperio romano en el año 476, Inglaterra fue invadida sucesivamente por los piratas nórdicos de Escandinavia: los vikingos.

Durante los mil años siguientes los piratas de todo signo tenían refugio en las Islas británicas, contratados por las ligas de comerciantes o por  los soberanos de todos los períodos, estos antecesores de los habitantes de las Islas, aportaron su sangre pirata, por lo que Inglaterra ha podido muy bien definirse como el país de los piratas. Porque la piratería era vista entre los comerciantes ingleses como un redituable negocio. En todos los puertos ingleses los piratas eran considerados amigos, protegidos y socios de magnates y señores condales. Bajo el gobierno de Enrique VII se quiso reglamentar este desorden, pero se encontró oposición entre los propietarios de la costa occidental de la Isla. Entonces Enrique VII emitió patentes de corso o represalia a todo el que hubiera estado afectado por acciones de piratería. Lo que provocó que los buques ingleses saquearan las naves amigas o enemigas del Reino británico. Los exploradores y marinos ingleses estaban familiarizados con todo tipo de robos, y con el tiempo, los robos más provechosos fueron las propias naves españolas, que acondicionadas con cañones ligeros las usaban contra sus antiguos propietarios.

Podemos aseverar sin temor a equivocarnos que la marina inglesa comenzó a “modernizarse” con los robos, por los piratas ingleses, en perjuicio de la marina española del siglo XVI. Los corsarios ingleses llegaron a formar una marina extraoficial de élite. Premiados y homenajeados por los reyes británicos. La monarca Elizabeth 1ª se convirtió en principal empresaria de la larga serie de maleantes llamados “los perros el mar”, quienes a cambio de títulos de “nobleza”, llenaron de tesoros robados las arcas reales.

Los piratas ingleses, holandeses y franceses hugonotes eran enemigos jurados de la Monarquía española por ser católica. Esta es la razón del odio y la saña de sus ataques a los casi inermes poblados españoles del Continente americano. Con este sistema de odio, el pirata calvinista Walter Raleigh después de destruir poblados en las Islas Antillas durante casi dos años de fechorías, subió hasta el paralelo 36º  y  tomó posesión en 1580, de un territorio indeterminado  perteneciente a España. Con ese acto pirático, la región fue considerada como la primera colonia inglesa en la costa norteamericana,  Raleigh la llamó Virginia por la impía reina  Elizabeth 1ª.

El odio reconcentrado contra España

La unión de los Reinos de Castilla y Aragón en las personas de sus respectivos soberanos: Doña Isabel de Castilla y Fernando de Aragón; la toma del último bastión musulmán en la Península; y la expulsión de los judíos, enemigos de los cristianos desde el Holocausto de Jesucristo en la Cruz, y sumando a todo esto, la posesión del Nuevo Continente; España surgió como potencia de primer orden, además, con las alianzas matrimoniales de los hijos de los Reyes Católicos renació, en Europa, el Sacro Imperio Romano en la persona de su nieto Carlos V,  heredero de todos esos descubrimientos y conquistas para la Fe católica y para la riqueza material de España. Por último: la Divina Providencia renovaba la Cristiandad, con la evangelización de los nativos americanos paganos, produciendo gran número de mártires entre los Frailes por la Fe católica.

Ya desde el Descubrimiento colombino del Continente americano y de la repartición del globo terráqueo, entre Portugal y España, aprobada por el árbitro mundial: el Papa.  Los reinos de Europa se inconformaron por esa decisión haciendo guerra no declarada al naciente Imperio Español.

Europa se había llenado de estupor, admiración y envidia de España. Los otros soberanos; especialmente aquellos que tenían quejas contra la jerarquía de la Iglesia vieron con malos ojos la alianza del Papa con España en contra de los protestantes que comenzaron a proliferar en el norte de Europa. Entonces los jefes de los judíos expulsados de la península ibérica, maquinaron para dividir a la Cristiandad entre católicos y protestantes, y sacar partido de ambos bandos.

Apenas, 25 años después del Descubrimiento de América, apareció la primera oportunidad para provocar la guerra entre cristianos. En 1517, en la persona del monje agustino Martín Lutero, que se convertiría en la punta de lanza para las lamentables guerras religiosas del siglo XVI en Francia. Mientras varios príncipes alemanes tomaron el partido de Lutero, traicionando la religión de sus mayores y de sus pueblos.

A continuación, por medio de los cismas doctrinarios de Thomas Cranmer en Inglaterra,  Juan Calvino en Francia y Melanchton en Suiza.  Se formaron pequeños movimientos separatistas llamados luteranos en el Imperio Alemán. Pero el primer cisma formal surgió en Inglaterra en 1543. Los judíos enemigos de España y el catolicismo habían tardado  cincuenta años después del Descubrimiento de América, para encontrar un Reino desde donde poder atacar a España, una nueva potencia que se declarara su enemiga. Este reino lo encontraron en la Inglaterra de Enrique VIII Tudor. Por fin los judíos enemigos de la Cristiandad habían encontrado ese Reino y esos monarcas, que en lo sucesivo, serían arietes de su dominio mundial.

En 1543 España había consolidado un Imperio Católico global, pero también, se había convertido en blanco de las iras y envidias de musulmanes;  judíos;  protestantes;  y de los soberanos de Francia y Holanda. Pero  sobre todos, de la monarquía inglesa, quien desde 1497 había alentado a los marinos puestos a su servicio para tomar posesión de territorios pertenecientes a España en el Nuevo Mundo. Tanto Enrique VII y su hijo Enrique VIII enviaron armadas que exploraron la península del Labrador, ignorando los derechos de las Coronas española y portuguesa.


A FRANCISCO 1º REY DE FRANCIA LE TOCARÍA SER EL PRIMER PIRATA CONTRA LAS NAVES ESPAÑOLAS.

A principio del siglo XVI, en 1522, Francisco 1º declaró la primera guerra contra el joven emperador Carlos V, por lo que sus corsarios que patrullaban ese año, el océano entre las Islas portuguesas Azores y la costa francesa, se encontraron con las tres naves que Hernán Cortés enviaba al Emperador Carlos V con los tesoros que le había regalado Moctezuma (y que tenía el sucesor Cuauhtémoc). Fue este el primer ataque a naves españolas que regresaban a España, con cargamentos valiosos, que se tiene registrado.

Poco después de haber dejado las Islas Azores rumbo a España el corsario apodado Juan Florín (2) las atacó y apresó dos naves, pues la tercera dando vuelta se refugió en las Islas Azores. Florín tomó preso al capitán  Alonso de Ávila y  con sus acompañantes, lo llevó a la presencia del rey Francisco 1º. Toda la corte admiró los extraños y valiosos objetos, comenzando entonces a correr las numerosas leyendas acerca de la riqueza del Nuevo Mundo. 

(2) Según el historiador José Luis Martínez, en su obra “Hernán Cortés”, asienta que ese  Florín  era el mote del marino florentino al servicio de Francia: Goivanni Verrazzano, más tarde explorador de la costa norteamericana).

Hernán Cortés escribió acerca del robo, lo siguiente: “que navíos y tesoros no llegaron a España  porque descuidaron su protección los de la Casa de Contratación de Sevilla y, ya pasadas la Azores los tomaron los franceses”sentía la perdida de las cosas que iban tan ricas y extrañas” pero mejor que “las conozcan los franceses, que aprecien por ellas la grandeza del monarca de España”.

Las otras naciones europeas de aquellos años, no contaban con la técnica ni con los recursos financieros de Portugal y España para construir naves capaces de atravesar el océano. Ya en 1498 las naves capitaneadas por John Cabott, marino genovés nacionalizado inglés, con sus hijos Luis y Sancho, al mando de una armada de seis naves inglesas, se hicieron a la mar por orden de Enrique VII, para tomar posesión de la costa norteamericana, pero un temporal en el mar deshizo los barcos llevando a la muerte a todos sus tripulantes. (3)

(3) De la familia de marinos Gabotto o Cabott, solamente sobrevivió el hijo más joven que no iba en la desdichada armada: Sebastián Gabotto. Este marino estuvo al servicio del rey de Inglaterra; también al servicio del Rey Fernando el Católico y de Carlos V, alternativamente, pero nunca tuvo éxito en sus empresas.

Entonces la táctica de los piratas, llamados por la gente, “perros del mar”  sería en adelante: abordar las naves españolas, asesinar sin más a los tripulantes y quedarse con los barcos. Esa fue la costumbre de ingleses, holandeses y franceses hugonotes,  a lo largo de los siglos XVI y XVII. Por tanto,  el origen de la marina británica ha sido: el robo de los navíos españoles. (4)

(4) Cuando el desastre de la armada “invencible” en 1588, las grandes naves españolas que se atascaron en las aguas bajas del Canal de la Mancha; quedaron en poder de los ingleses.


ALGUNOS DE LOS MÁS CONOCIDOS PIRATAS EN LA HISTORIA DEL IMPERIO ESPAÑOL DE AMÉRICA DURANTE LOS SIGLOS XVI, XVII Y XVIII.

Juan Florín, François le Crec, Jacques de Sores, John Hawkins padre y John Hawkins hijo, Francis Drake, Thomas Cavendish, David Nau, Henry Morgan, Walter Raleigh, William Parker, Laurent Graff Lorencillo,  Jim Mansfelt, Cromwell, Cornelius Jols, Lewis Scott, Nicolas Van Horn, Peter Wallace (Belice), Jacobo L´Heremite, Edward Vernon, Charles Swan, Mauricio de Nassau,  John Townley,  Clipperton, Dampierre, Oliver Van Oort, Pierre y Jean Laffite.  (5)

 (5) La mayoría de los piratas enlistados murieron en sus fechorías, ahorcados por las autoridades españolas o víctimas de las enfermedades. Solamente Henry Morgan murió en un palacio que se hizo construir en la isla de Jamaica, donde era terrateniente, rodeado de esclavos negros. Los famosos Drake y Hawkins murieron del “vómito negro” en las Antillas. Cavendish, el profanador de la Cruz de Huatulco, desapareció en un huracán del Atlántico.


PRINCIPALES PIRATAS INGLESES DEL SIGLO XVI EN EL MAR DEL SUR.

Para 1577, Francis Drake estaba suficientemente preparado en la “profesión” de pirata, reclutaba a la hez de los maleantes de los puertos ingleses, para ofrecerles ser ricos en poco tiempo, mediante el saqueo y asesinato de los odiados españoles en sus posesiones de ultramar. Con la aprobación escrita de Elizabeth 1ª, llamada en el ámbito español “la reina de los piratas”. Armó tres naves ligeras y bien pertrechadas de cañones y personal especializado en las malas artes de los “perros del mar”. Tres años duró su gira de ladrón y destructor por el continente americano. Hay que hacer notar que todos estos piratas ingleses hacían el viaje a América comenzando siempre por una escala en las incipientes guaridas, en la costa este donde años más tarde Walter Raleigh se apropiaría del territorio. En esos estuarios los maleantes se reunían para esperar y asaltar a los galeones españoles que siguiendo la corriente del Golfo, tenían que pasar forzosamente por el canal de las Islas Bermudas, para seguir la corriente hasta las islas portuguesas de las Azores.

Drake, llamado entonces “el Draque, bajó hasta el estrecho de Magallanes, cruzándolo para seguir con sus fechorías por los asentamientos españoles de Sudamérica. En las costas del Perú se encontró con el navío “Nuestra Señora de la Concepción” que traía entre otras cosas, un tesoro de perlas. Apresó a los pilotos de la nave que luego le se serían de gran utilidad. A continuación siguió hasta llegar a la bahía de Huatulco entre el 13 y 16 de abril de 1579.  Saqueó la Iglesia y un navío de 100 toneladas que se disponía a salir para el Perú; destruyó el incipiente puerto, alejándose hacia el norte. En ese viaje, Drake tocó la península de California y, como antepasado en el tiempo, del ladrón capitán James Cook (6) creyó descubrirla llamándola “Nueva Albión”.

(6) La historia oficial anglosajona oculta que el famoso navegante británico capitán James Cook, supuesto descubridor de las islas Hawai, se robó del archivo marino español de la ciudad de Manila, (tomada por los ingleses en 1762 y ocupada durante dos años) los diarios secretos de los navegantes españoles que ya habían descubierto ese archipiélago desde el siglo XVI. El nombre original español  era Islas del Rey.

El “Draque” se escondió mañosamente para esperar alguna nave de Filipinas. ¿Cómo sabía que por ese rumbo llegaban los galeones de Manila?; esa información la obtuvo de los dos pilotos que había apresado antes. Esperó su oportunidad saqueando varias naves, y cuando  había reunido lo suficiente, emprendió la travesía hasta las Islas Molucas, por la ruta descubierta por el primo de Cortés, don Álvaro de Saavedra, y luego seguida por Villalobos, Andrés de Urdaneta (7), Legazpi y otros marinos.

(7) La epopeya de Andrés de Urdaneta: “Andrés de Urdaneta, Derrotero del descubrimiento de la torna vuelta de las Filipinas a Nueva España”. 1564-1565. Blog “Historia Verdadera de México”


Drake cargó de especias su nave y regresó a Inglaterra dando la vuelta al África, siendo el tercer marino en circunnavegar el globo terrestre. (8)
 (8) El primero en circunnavegar el globo terráqueo fue Juan Sebastián Elcano entre 1519-1522; los segundos fueron Andrés de Urdaneta y Hernando de la Torre entre 1525- 1536; el tercero sería Francis Drake entre 1577 y 1580.

Francis Drake; célebre pirata inglés, nació en Tavistock, Devonshire, Inglaterra. Fue capitán de navío desde los 22 años de edad. Con su tío John Hawkins comenzó su experiencia marina con el tráfico de esclavos negros desde África hacia América. Luego en 1567, en el tercer viaje, desde el puerto de Plymouth salió al frente de una de las seis embarcaciones que su tío John Hawkins (Aquines) llevaba para comerciar con las posesiones españolas de América; pero, con instrucciones secretas de la reina Elizabeth, para espiar y atacar por sorpresa las posesiones españolas de América, y tal vez, posesionarse de alguna de ellas.

En ese viaje, las seis naves arribaron al puerto de Santo Domingo en la Isla Española, luego sigilosamente se dirigieron al puerto de Veracruz en la Nueva España. En el camino apresaron a una solitaria nave de un comerciante que los guio hasta San Juan de Ulúa, isleta frente al Puerto.

Hawkins tomó la isleta sin ninguna dificultad pues ondeaban en sus naves las banderas del Imperio Español (la Cruz púrpura sobre campo blanco),  la guarnición española se confundió porque estaba por llegar el nuevo Virrey Enríquez de Almanza. Quien en efecto,  llegó a los pocos días siguientes. Entonces se entablaron negociaciones, mientras los españoles se preparaban para el ataque por sorpresa. Se inició la batalla, perdiendo Hawkins cuatro de sus naves. Con las dos restantes, repletas de marinos piratas se dispersaron en direcciones contrarias. Hawkins hacia el norte y Drake al sur quien escapó hacia alta mar. Mientras su tío no pudo llegar más lejos que a Tampico, donde abandonó a más de cien piratas para aligerar su nave. Francis Drake estuvo vagando y robando por las numerosas islas Antillas, antes de reunirse con su tío en Inglaterra. Ambos regresaron a la Isla para preparar otra acción de las muchas que vendrían en los siguientes años. En 1572 salió de Inglaterra con rumbo al Mar Caribe en dos naves bien pertrechadas con las cuales, escudándose en la sorpresa, alevosía y ventaja con que cuentan los asaltantes; tomó las poblaciones de Nombre de Dios y Venta de Cruz en la costa caribeña de Panamá. Llevándose un cuantioso botín de oro peruano y esmeraldas colombianas para Elizabeth 1ª reina de Inglaterra. (9)

(9) La historia de los piratas abandonados por John Hawkins en Tampico la cuenta el historiador Juan Suárez de Peralta en “Noticias Históricas de Nueva España” (1589. Ed. SEP. 1949).


RELACIÓN DEL ATAQUE Y EL MILAGRO DE LA SANTA CRUZ

El ataque del pirata inglés y hereje calvinista: Thomas (“Candish”) Cavendish (10) al pequeño puerto de Huatulco  se realizó ocho años más tarde de la “visita” de Drake, en 1587,  este fue el segundo de los ataques al pequeño puerto fundado por Cortés.

(10) Thomas Cavendish, era natural del puerto de Suffolk en Inglaterra, pertenecía una familia emparentada con la más alta nobleza cortesana. Cuando el intento de profanación de la Santa Cruz, contaba solamente 22 años de edad.

 Esos “perros del mar” de la reina Elizabeth 1ª, que merodeaban como auténticos canes hambrientos, para hacerse con los tesoros que las naos de Filipinas traían para su venta en las ferias anuales: de Acapulco, Huatulco, Puerto de Santiago, Salagua o Barra de Navidad; en la costa del Sur de la Nueva España. Se pasaban unos a otros la información seguramente, porque Cavendish siguió exactamente la ruta que el pirata Drake había tomado ocho años antes: “Zarpó de Plymouth el 21 de julio de 1586 con 123 hombres y tres naves, de las que solamente una regresó a Plymouth tres años después  (El Desire de 140 toneladas). En su viaje de circunvalación paso por Sierra Leona, las Islas Cabo Verde, Brasil, la Patagonia, atravesó el Estrecho de Magallanes y costeó las posesiones españolas del Pacífico hasta llegar al Estrecho de Tehuantepec, recalando en el puerto de Huatulco a principios de agosto de 1587”.

El 6 de agosto en Huatulco los ladrones no  habían encontrado ninguna nave y en el pobre caserío no había nada de valor, por lo que Cavendish se desquitó profanando la capilla e incendiándola. Y entonces la Divina Providencia  hizo el milagro: El jefe pirata vio que la gente se arrodillaba alrededor de la Santa Cruz que se elevaba en un promontorio de playa. El “Candish”  por su religión calvinista quiso destruir ese signo de “idolatría”, y determinó demolerla para humillar a los pobres fieles.

No lo logró con las hachas, luego le prendió fuego, pero las llamas no la quemaron; entonces, ordenó a sus piratas que ataran la Cruz con las gruesas sogas marinas de su nave, esperó que se inflaran las velas y ordenó salir al mar queriendo arrancar de Cruz de un tirón. Para sorpresa de todos los presentes en tierra y en el barco; los cables se reventaron dejando la Cruz enhiesta y sin daño alguno.  Los piratas acobardados, se hicieron a la mar rumbo al norte. (11)

(11)  La milagrosa Santa Cruz de Huatulco: Es muy probable que haya sido puesta por Fray Martín de Valencia quien la bendijo y transmitió a la Santa Cruz de Jesucristo Nuestro Señor, los poderes milagrosos que los indios cristianos tanto aprovecharon. Este santo varón acompañó a Hernán Cortés cuando llegó a esa costa buscando un lugar adecuado para instalar sus astilleros donde construir naves, con que explorar la costa tanto al sur como al norte. En esa ocasión el santo fraile Martín de Valencia estuvo ahí porque deseaba embarcarse en la primera expedición desde la Nueva España a las tierras del Asia.

Cortés, era devoto de la Santa Cruz, desde que pisó tierras del Continente, comenzó por colocar grandes cruces al tomar posesión de los territorios por donde pasaba, Ya desde su visita a la Isla de Cozumel había comenzado esa devota costumbre. Famosa, es la solemne procesión que mandó hacer en Tlaxcala cuando hizo las paces con los caciques; luego en la plaza principal de la ciudad de México y así en todos los lugares donde se aposentaba.

En 1526  se estaban construyendo los barcos y, al año siguiente, estuvo ahí, acompañado por su pariente Álvaro de Saavedra Cerón quien comandaría la primera expedición desde Nueva España al Asia. 

También en ese año de 1526 aportó a Huatulco la nave perdida de la Armada de Jofre de Loaysa; el patache Santiago con su tripulación muriéndose de hambre y enfermedades. Uno de los náufragos el Padre Juan de Aréizaga se atrevió a intentar llegar a tierra subido en una caja de madera, pero ésta naturalmente se hundió, por lo que el valiente sacerdote siguió a nado limpio hacia la playa. No le alcanzaron las fuerzas y los indios que estaban observando se arrojaron al mar para salvarlo. Luego que se hubo repuesto lo llevaron ante una Cruz encajada en un alto sano y le decían ¡Santa María, Santa María!, Aréizaga se hincó y adoró la Santa Cruz. Después lo llevaron ante el gobernador de la región que Hernán Cortés había nombrado. La aventura de los náufragos terminó en la ciudad de México ante la presencia del Conquistador. Hay que hacer constar que el nombre de fundación de pueblo de Huatulco es: Santa María Guatulco.  

Después de la profanación, Thomas Cavendish, llegó el 3 de septiembre, a los puertos de Salahua y Santiago en Colima, quemando y robando lo que podía, porque no había ninguna guarnición que defendiera la costa. El día 5, rabioso, destruyó dos barcos y el poblado de Navidad en la Nueva Galicia,  dándose cuenta de que la región estaba desprotegida se atrevió con sus hombres a destruir cuanto poblado encontraba en su recorrido al norte, hacia donde había estado escondido, ocho años antes, su paisano y colega Francis Drake. Este lugar es llamado Cabo de San Lucas de la punta sur de la Península de California, donde los galeones se proveían de agua y algunos víveres, permaneció Cavendish  a la espera de algún galeón procedente de las islas Filipinas.

El 15 de noviembre de 1587, apareció el imponente galeón Santa Ana de 300 toneladas, ricamente cargado con toda clase de productos de la China para descargarlos en Acapulco, pero la nave no llevaba ningún cañón. Los marinos, para defenderse, tenían espadas y lanzas. Sin embargo, el pequeño barco del pirata estaba muy bien pertrechado. Cavendish atacó al galeón, lo abordó con los garfios apropiados y, tras seis horas de combate, cargado de exhaustos viajeros entre los que había mujeres y niños, el galeón  Santa Ana, se vio obligado a rendirse. El botín consistió en 22 mil pesos de oro, sedas chinas, damascos, telas recamadas de hilo de oro, gran cantidad de perlas, joyas y vituallas que sumaron dos millones de pesos de plata. Después del asalto, el capitán pirata hizo bajar a tierra a los ciento noventa españoles que venían con sus armas personales; encalló la nave y la incendió. Pero entre los náufragos venía el gran navegante Sebastián Vizcaíno, quien en unión de los demás, lograron reparar el galeón para llegar hasta Acapulco.

Tiempo después, el Virrey Villamanrique y el obispo Salazar escribieron al rey Felipe II.

Refiriéndose al robo escribió el Obispo: “Lo que me aflige no es qué este bárbaro hereje haya robado el Santa Ana, sino que un joven inglés de 22 años con un miserable barco de cien toneladas se atreviera a atacarnos en nuestros dominios y jactarse del daño que nos había hecho”

Después de la rapiña cometida por Thomas Cavendish, éste siguió la ruta de la corriente que va desde la costa sur de Nueva España hasta las islas de los Ladrones cerca del archipiélago de la Filipinas y dio la vuelta al globo bajando por el litoral africano, tomando dirección del norte hasta regresar a   Plymouth poco más de un año después. El 9 de septiembre de 1588 atracó en este puerto,  su barco traía velas de damasco dorado, el palo mayor del barco “Desire” estaba recubierto de las telas más finas y su tripulación vestía trajes hechos de seda. Para la reina hereje: un cofre de perlas y piedras preciosas.


REFLEXIONES

Huatulco,  población zapoteca habitada, según los arqueólogos, desde el siglo X de la era cristiana. Los arqueólogos de las lenguas indígenas traducen la palabra como: “El lugar donde se reverencia el árbol”
El vocablo Huatulco no es zapoteca; es nahua, y deriva de: uatlil= árbol. En esta lengua quiere decir: Huat < cuauhitl = árbol;  coloa = reverenciar;  co = lugar. Por la inexactitud de las lenguas indígenas se impone esta pregunta: ¿Cuál de las dos partículas (co) es la correcta, en el final de la palabra? ¿(co) de coloa = reverenciar? ó ¿(co) de lugar?
Por lo expuesto, la voz “Huatulco” no es zapoteca, su localización corresponde al dominio de los invasores nahua que se asentaron en la región hacia el siglo XI de la era cristiana. (12)

(12) Huatulco: Lugar de la costa del sur donde Hernán Cortés construyó en 1525 un astillero para fabricar naves y poder inaugurar el comercio con el Perú. Cortés fue el primero en construir naves en territorio novohispano. Por trescientos años se siguieron construyendo naves que cruzaban los océanos. México desde la Independencia 1821 hasta el tercer milenio, no ha tenido astilleros para construir naves. ¿Qué pasó?

 La Provincia de Guatulco fue creada hacia 1550, por el virrey don Antonio de Mendoza en la costa del mar de Sur, con cabecera en el puerto de Guatulco, fue de gran importancia marítima por su comercio con Centroamérica y el Perú. Situado a 15º 44´latitud N y 96º 17´longitud W. Huatulco estuvo en funciones hasta 1578, cuando se abrió Acapulco al comercio con el Oriente, abarcaba siete localidades más. El puerto de Guatulco fue atacado por los piratas muchas veces, los más conocidos fueron: Drake en 1579 y Cavendish en 1587. Hacia 1616 el virrey don Diego Fernández de Córdoba ordenó que fuera abandonado el lugar, pero la bahía continuó siendo utilizada por los contrabandistas. El Virrey Mendoza,  cuidó de abrir nuevos caminos de herradura y conservar los que el gobierno de Hernán Cortés y la 2ª Audiencia habían trazado. Cuando el virrey don Antonio de Mendoza terminó su administración en 1550, estaban en función los caminos reales y de herradura; desde de la ciudad de México al puerto de Acapulco, a la ciudad de Oaxaca, al istmo de Tehuantepec y al puerto de Huatulco; a Michoacán y a Colima; a Jalisco y al Pánuco; a los minerales de Taxco y Sultepec.  El camino mejor trazado y conservado fue el de la ciudad de México al puerto de Veracruz. En la actualidad, siglo XXI,  Huatulco es un importante centro turístico internacional que abarca seis de sus principales bahías.


ESPAÑA, VÍCTIMA DE LA LEYENDA NEGRA

Durante el siglo XVI, época del nacimiento de los diversos pueblos americanos, vástagos de la España Imperial. Se iniciaron los ataques de las otras potencias europeas, llenas de envidia y odio a España, odio inoculado por los judíos expulsados en 1492. Las Monarquías: francesa, holandesa e inglesa;  protestantes  y anti católicas romanas esta últimas. A través de sus corsarios hicieron la guerra contra el Imperio Español Católico; espada de la verdadera Cristiandad, representada por el Papado.  

En ese acto de profanación y pillaje nos demuestra el contraste aparecido en la Europa del siglo XVI. Por un lado Inglaterra, Holanda y la Francia de los calvinistas hugonotes, creadores de la Leyenda Negra antiespañola, para intentar desprestigiar y destruir a la nación que llevaba la civilización cristiana a los pueblos bárbaros de Continente americano.  Por otro, España solitaria, sin otra ayuda que su inquebrantable Fe en los valores eternos del catolicismo, España solitaria, contra todo el mundo.

Trece años después, del inicio de tráfico marítimo Acapulco-Manila-Acapulco, en marzo de 1566 con la proeza del monje y marino Andrés de Urdaneta. Comenzaron los ataques de los ingleses para destruir la navegación española del océano Pacífico; no lo lograron, a pesar de que en 1762, los ingleses ocuparon por dos años la capital de las Islas Filipinas. En el lapso total de 250 años de tráfico marítimo entre la Nueva España y las Islas Filipinas, los piratas atacaron muchas naos pero solamente pudieron quedarse con cuatro navíos.


ALGUNAS PALABRAS SOBRE EL ORIGEN DE LA CRUZ DE HUATULCO

En los libros de historia de Oaxaca del siglo XVIII y XIX se habla de una leyenda referente al origen de la Cruz puesta en la playa de Huatulco, atribuyéndola al apóstol Santo Tomás. Hay muchas otras cruces de varios lugares de América que también son atribuidas al Apóstol incrédulo, por sus viajes a lugares lejanos. Muchos religiosos historiadores han hecho creer que hace casi dos mil años llegó al Continente americano la predicación del Evangelio con este apóstol. Esto, naturalmente no se puede probar con los recursos de la ciencia histórica. Solamente queda  la creencia por la fe, pero en este caso, tampoco es muy válido, porque no es dogma de fe creerlo.


Permanece en el campo de las leyendas, de que están llenas las historias de los pueblos nativos americanos. Sin embargo, el hecho del milagro, hay que tomarlo muy en cuenta, porque el intento de destruir la Cruz por los piratas ingleses, quedó frustrado a la vista de muchos testigos.

El asalto al puerto y la consecuente profanación de la venerada Cruz que se elevaba en un pequeño alto-sano de la playa constituyen un hito en la historia de la costa sur del actual México. ¿Quiénes habían sido los profanadores de la Santa Cruz? Unos jovenzuelos criminales llenos de odio religioso y hambrientos de riqueza, de tesoros materiales; auténticos agentes de Satán. Esos piratas eran súbditos de un reino otrora buen católico, pervertido, por la ambición de sus gobernantes, en centro y Meca de todos los herejes de Europa.

Los piratas ingleses pudieron robar riquezas materiales, pero no pudieron destruir la riqueza espiritual que representaba la Cruz milagrosa,
La Cruz de Huatulco era el símbolo de la riqueza espiritual que los nativos comenzaban a adquirir, por medio de los humildes y santos evangelizadores;   riqueza espiritual que los ha sostenido desde entonces.

Después del milagro, visto por los habitantes del poblado, su fama se extendió por toda la Provincia. Comenzaron a llegar peregrinos desde muy lejos para adorarla y…… llevarse con ellos, una astilla. A los pocos años la Santa Cruz peligraba, no por los piratas, sino por los devotos cristianos que ya la habían reducido considerablemente. Ante este hecho inevitable el obispo Bartolomé de Ledezma logró hacer un concilio de los principales religiosos de su diócesis para decidir lo que se debía hacer con la Santa Cruz. El concilio convino en dejarla en ese mismo lugar, pero protegida y con mejor culto.

Sin embargo a la muerte de este obispo en 1604, la diócesis de Oaxaca se le dio al Padre Juan de Cervantes, persona muy conocida en Nueva España y aún en el Vaticano por sus grandes virtudes y por ser descendiente de uno de los conquistadores más notorios: don Leonel de Cervantes.

Este nuevo obispo, después de un proceso escrito en más de mil hojas logró hacer una suntuosa capilla en la catedral de Oaxaca, en 1612, a la cual llevó en procesión los restos de la milagrosa Santa Cruz de Huatulco, ya muy disminuida en su tamaño. Aún se cortaron pedazos para las comunidades religiosas y otro pedazo de regular tamaño fue obsequiado al Papa Paulo V.

Después de la muerte del Obispo Cervantes, los restos de la Santa Cruz de fragmentaron de nuevo, fabricándose varias cruces de la milagrosa madera. Un pedazo de regular tamaño engarzado en plata fue comprado por el sobrino del Obispo don Antonio Leonel de Cervantes y Carvajal, para su propia capilla. El trozo mayor de la Santa Cruz quedó en adoración en la capilla de la catedral de Oaxaca. Otros pedazos repartidos en varios conventos de las ciudades de Puebla y México. El fragmento de don Antonio Leonel de Cervantes y Carbajal, quedó en la Merced de la Puebla, hasta la exclaustración liberal masónica del año 1860.

Para que no fuera profanado el fragmento de 3 palmos de alto, se retiró de la capilla y la familia Cervantes llevó a su domicilio la sagrada reliquia. Con ellos permaneció hasta el último descendiente Lic. Don José Javier de Cervantes en 1882. (13) A partir de esa fecha se pierde la pista de este fragmento de la Santa cruz de Huatulco.
(13) Datos tomados del Segundo Anexo de la “Historia de Oaxaca”.

El Padre Fray Juan de Torquemada indica en sus escritos que esa Cruz había sido colocada en Huatulco por el venerable Fray Martín de Valencia. Esta es la opinión que me parece más probable, y que Hernán Cortés haya sido quien ordenó colocarla.

IGNORANCIA DE LA SOCIEDAD MODERNA Y LO QUE NO SE ENSEÑA

La mayor parte de los habitantes del Continente anglo americano, no saben o no quieren saber, de qué clase de gente descienden, pero la verdad histórica demuestra que los llamados yanquis vienen casi en su totalidad, de la hez de la población inglesa;  de los indeseables que la Monarquía británica expulsó del Reino Unido hacia las colonias angloamericanas, desde mediados del siglo XVI hasta poco antes de su independencia de Inglaterra en 1776-1783.
La República de los “Estados Unidos de América” de origen plebeyo, protestante calvinista y demócrata. Logró ser reconocida como nueva nación en el concierto de las naciones del siglo XVIII, en 1783, con el Tratado de Versalles, Francia, por las tres principales Monarquías europeas: Francia, España e Inglaterra. Curioso reconocimiento de tres Monarquías aristocráticas a una República democrática y antimonárquica.
Por supuesto: en los países de cultura anglosajona, a las historias de los piratas se les da muy poca importancia o de plano no se enseña a los escolares, y en el mejor de los casos, se las trata con un carisma de falso romanticismo. Nunca se dice la verdad de las razones de los ataques y robos tan reiterativos a los territorios dominados por España. (14)

(14) Para las personas que quieran ahondar en este tema; recomiendo el libro “Árbol de Odio” del profesor Philip William Powell, catedrático de “Historia de España e Hispanoamérica” en la Universidad de Santa Bárbara, California, USA. Ediciones “Iris de Paz”, Madrid, España, 1991.

LUIS OZDEN.


BIBLIOGRAFÍA

“Hernán Cortés”, José Luis Martínez, UNAM, Fondo de Cultura Económica, México, 1990.
“Historia de Oaxaca”, P.  José Antonio Gay, 1998 Editorial Porrúa, México, D.F. Colección “Sepan Cuantos” Nº. 373.
“La Nao de China”, Francisco Santiago Cruz, Ed. Jus, México, 1962.
“Piratas y Corsarios en los mares de México”, Juan de Dios Pérez Galaz, Ed. Panorama, México, 1992.
“El Galeón de Manila” Revista Artes de México, Nº 143, 1971.
“El origen del Reino de la Nueva España”, Museo Nacional de Arte, México, 1999.
“21 Libros y Rituales Monarquía Indiana” Fray Juan de Torquemada. Escrito en 1615. Citas del P. José Antonio Gay. ·”Historia de Oaxaca”
 “Árbol de Odio”·, “Tree of Hate”, Philip W. Powell, Ed. “Iris de Paz”, Madrid España. 1999