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domingo, 1 de marzo de 2015

MEDITACIONES: De la Transfiguración del Señor




Meditación
Por el P. Alonso de Andrade

De la Transfiguración del Señor.



   Retiróse Cristo con tres discípulos a un monte y transfiguróse delante de ellos, asistiéronle Moisés y Elías hablando con Él de su Pasión, cubrióle una resplandeciente nube y oyóse la voz del Padre, que le confesó por su Hijo; los discípulos temieron, y Cristo les mandó que guardasen en silencio lo que habían visto, hasta que resucitase de los muertos.

   Punto I.- Considera cómo Cristo retiró sus discípulos a la soledad de un monte, para mostrarles la gloria de su Transfiguración, porque no revela sus secretos misterios sino a los que se retiran del bullicio de los hombres y de los negocios seglares a la soledad y quietud del corazón. Aprende a retirarte de todo lo terreno, si quieres gozar con Cristo de lo divino y celestial.

   Punto II.-  Dice el Evangelista que orando se transfiguró y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestiduras se blanquearon como la nieve; de donde has de aprender la virtud de la oración, porque en los coloquios con Dios se trueca el hombre de pecador en santo y de carnal en espiritual; resplandece con la luz del buen ejemplo, y alcanza la blancura y candidez de su alma. ¡Oh, si supieras hacer a un lado todo lo terreno y entregarte todo a la oración y coloquios con Dios! Allí alcanzó Moisés el resplandor de su rostro, y allí le alcanzarás tú si saber orar con el afecto y devoción que debes; levanta el corazón a Dios nuestro Señor y dile: dadme esta gracia, Dios mío, que dejada la conversación de los hombres, me entregue totalmente a la vuestra, y alcance en ella las gracias que comunicáis a los que dignamente oran.

   Punto III.- Considera cómo de doce apóstoles y setenta y dos discípulos, a sólo tres manifiesta Cristo su Transfiguración, porque siempre son pocos los escogidos y los que sirven a Dios perfectamente, y merecen que les revele sus misterios. Mira si tú eres de los pocos o de los muchos, y si mereces recibir las misericordias especiales de Dios, y procura purificar tu alma y alcanzar la perfección, para merecer ser uno de los escogidos y favorecidos del Señor.

   Punto IV.- Considera la causa por qué Cristo se transfiguró en esta ocasión, que fue, como dice el Evangelista, porque les había profetizado su Pasión, y mostróles su gloria, para que no decaeciesen en la Fe, ni le tuvieren por solo hombre viéndole padecer. Mira cuánto importe la Fe, que es el fundamento de toda la santidad, y cómo desea el Señor que nos arraiguemos en ella, pues lo procura con medios tan altos, y no duda de abrir los cielos y franquearnos sus tesoros, para que no faltemos en ella. Pídele a Dios que te dé gracia para crecer cada día en su santa fe, y que te de su luz para arraigarte más y más en ella.