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jueves, 21 de mayo de 2015

MEDITACION: De las persecuciones que Dios envía a los suyos


SAN ESTEBAN MARTIR SU NOMBRE SIGNIFICA "CORONADO"


Meditación
Por el P. Alonso de Andrade
De las persecuciones que Dios envía a los suyos

   Punto I.- Considera que Cristo profetiza a los suyos las persecuciones que han de padecer, porque las sabía y conocía y las podía prevenir y excusar, pues estaba en su potestad, y no lo hizo porque así convenía para su bien. De donde has de sacar que no te viene trabajo que no lo sepa Dios y le pueda prevenir y excusar, y no lo hace atendiendo a tu bien, porque así conviene para gloria suya y provecho de tu alma. Por tanto, todo lo debes recibir como venido de Su mano, y darle muchas gracias por ello y llevarlo con paciencia y alegría por su amor; medita esta verdad y ofrécete al Señor para sufrir y padecer cuanto fuere Su voluntad, y hallarás gran consuelo en tus trabajos y fortaleza para sufrirlos.

   Punto II.- Considera con San Agustín lo que dice el Salvador a los suyos, que los han de perseguir y echar de las sinagogas, de las cuales, como dice el Santo, ellos mismos habían de huir como de escuelas reprobadas por Cristo y ocasionadas a su perdición, por lo cual conocerás lo que obran las persecuciones en los buenos: apartarlos del mal y purificarlos, como el fuego al oro y a la plata, y por esta causa se las envía Dios. Pondera cuántos han sido coronados de gloria por las persecuciones, que no lo fueran si no las hubieren tenido; y cuántos se han condenado por haberles faltado y vivido en honras, riquezas y abundancia: el hierro labra a la tierra y la persecución al justo. Acuérdate de esto, y ofrécete con ánimo varonil al Señor para padecer por Él las persecuciones y trabajos, reconociendo que vienen a purificar tu alma y preservarla de toda corrupción.

   Punto III.- Considera que Cristo les advierte que los han de perseguir por amor de Él, movidos de ignorancia porque no le conocerían. La razón es, porque persuadidos los Apóstoles que padecían por Cristo y por la exaltación de Su nombre, hallasen gran gusto y consuelo en las tribulaciones acordándose que las padecían por su Maestro, el cual los hacía dignos de padecer algo por Él, pagando lo que el mismo Señor había padecido por ellos. ¡Oh, si meditases esto con espíritu y atención, y si ponderases cuánta gloria es padecer por Cristo y por la exaltación de Su nombre! Levanta el corazón a Dios y pídele esta gracia, y que te haga digno de padecer algo por su amor, acuérdate cuánto se empeña el Señor en ayudar a los que padecer por Él y la corona que les espera, y pedirás con esfuerzo de corazón esta gracia a Su Majestad.

   Punto IV.- Considera cómo Cristo ofrece a sus Apóstoles el Espíritu Santo, y juntamente las persecuciones y trabajos; porque este beneficio no se da sin esta pensión, y si quieres recibir los dones de Dios has de entender que te los ha de vender a precio de paciencia, y que el mundo y el demonio te han de hacer guerra viéndote favorecido de Dios. Disponte en la oración para la pelea, que el Señor que te puso en ella te sacará con victoria si sabes confiar en Él.