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miércoles, 10 de mayo de 2017

El Tercer Secreto de Fátima (Franco Adessa)


En el otoño de 1996, poco antes de presentar mi libro “ONU, ¿juego a la masacre?”, en Brescia, pregunté a Don Luigi Villa cómo debía comportarme si, en relación al texto del libro a presentar, alguien me hubiese interrogado sobre el “Tercer Secreto” de Fátima. 

El Padre, entonces, me presentó el texto: “El Secreto de Fátima” que había sido publicado, en 1963, por la revista alemana “Neues Europa” de Stoccarda, y me dijo: «Si Usted tomara el texto del “Tercer Secreto” de Fátima, escrito por Lucía, y eliminara, o agregara, una sola coma, Usted habría creado un texto “falso”. 

Ahora, a este texto, publicado por la “Neues Europa”, siendo casi tres veces más extenso que el texto original del “Tercer Secreto”, se lo puede decididamente llamar “falso”. Pero también un texto manifiestamente “falso” puede contener frases sueltas que pertenezcan al texto original». 

En ese momento, abrió delante de mis ojos las páginas del documento y me indicó, una por una, las frases que estaban contenidas en el texto original del “Tercer Secreto”, escrito por Lucía. Después de algunos años, volví sobre este tema, preguntando al Padre Villa: «¿Cómo ha hecho el “Neues Europa” para tener este texto del “Tercer Secreto” de Fátima?». 

El Padre no respondió directamente a mi pregunta, pero me dijo: «El Card. Ottaviani escribió ese documento diplomático. Seguidamente, él fue contactado por los del “Neues Europa” para saber si podían publicar el texto. El Card. Ottaviani respondió afirmativamente». 



El 13 de mayo del 2000, Juan Pablo II, estando en Fátima para la beatificación de los dos pastorcillos, Francisco y Jacinta Marto, anunció la inminente publicación del “Tercer Secreto” de Fátima. El 26 de junio del 2000, el Vaticano publicó un texto de cuatro hojas, escrito por Lucía sobre el “Tercer Secreto” de Fátima, acompañado de una presentación con la firma de Mons. Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y de una interpretación del “Secreto”. 

Esta interpretación comprendía una carta de Juan Pablo II a Sor Lucía, la relación del coloquio que había tenido Sor Lucía con el Card. Bertone, el 27 de abril del 2000, el discurso pronunciado en Fátima por el Card. Angelo Sodano y un comentario teológico del Card. Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. 

Dos días después, Mons. Bertone, en una conferencia de prensa acerca del Tercer Secreto hizo una sorprendente declaración que terminaba con estas palabras: «... el secreto no tiene nada que ver con la apostasía ligada al Concilio, al Novus Ordo (de la Misa) y a los Papas conciliares, tal como sostienen desde hace decenios los fundamentalistas. Por este solo hecho valía la pena revelar el Secreto».

El “Tercer Secreto” revelado consistía en la “Visión” de los tres pastorcillos, centrada en el “Obispo vestido de Blanco que, llegado a la cima del monte y postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados...”. Las penosas tentativas de Juan Pablo II, del Secretario de Estado, Card. Angelo Sodano y del Card. Tarcisio Bertone, de relacionar el “Tercer Secreto” con el intento de asesinato de Juan Pablo II, en San Pedro, el 13 de mayo de 1981, fueron avaladas también por el Card. Ratzinger, el cual, en una entrevista del 19 de mayo del 2000, a Horacio la Rocca de “La Repubblica”, hacia el final afirmó: 

«El vínculo entre el atentado y el “Tercer Secreto” es evidente, ¡existe en los hechos!». Frente a este fraude manifiesto, la prensa explotó: el “Messaggero”, “La Repubblica”, “La Stampa”... y, desde el 17 de mayo del 2000, “Il Figaro” publicaba la indignación de una cierta Elichar Alesne que expresaba bien el sentimiento general: «Verdaderamente hay que estar en la ignorancia absoluta de la historia de Fátima para creer en la versión del “Tercer Secreto” que Su Santidad, el Papa Juan Pablo II, nos ha dado el 13 de mayo...». 

El mismo Juan Pablo II, sin embargo, en Fulda, Alemania, en noviembre de 1980, a quien le pidió noticias acerca del “Tercer Secreto” de Fátima, habló de otra manera. Dijo: «... como y a otras veces, la Iglesia renació en la sangre, tampoco esta vez será de otro modo (...)». Luego, sobre el contenido del “Tercer Secreto”, el Papa agregó: «A todo cristiano debería bastarle el saber lo siguiente: “cuando se lee que los océanos inundarán continentes enteros, que los hombres morirán repentinamente, de un momento a otro, y esto por millones...”, si se sabe esto, realmente no es necesario pretender la publicación de este “secreto”...». Y¿dónde se encuentran estas palabras, en el documento presentado por el Vaticano, el 26 de junio del 2000? ¡Las palabras de Juan Pablo II, en Fulda, fueron registradas por la Revista “Vox Fidei”!

En el 2006, estalló el caso del “Cuarto Secreto de Fátima”, culminando con la publicación del libro: “El Tercer Secreto de Fátima publicado por el Vaticano es un texto falso, he aquí las pruebas...”, de Laurent Morlier, y del libro de Antonio Socci, “El Cuarto Secreto de Fátima”, estimulado también por las declaraciones de Mons. Capovilla sobre la existencia de este “Cuarto Secreto” y la confirmación de la existencia de un pequeño folio sobre el cual Lucía escribió el “Tercer Secreto” de Fátima.

En ese período, pregunté a Don Villa si no se podía echar más luz sobre esta cuestión, pero él se limitó a decirme que se trataba sólo de apariciones privadas y, por lo tanto, no eran materia de Fe. Yo no insistí. En el 2009, estaba colaborando en la preparación de la edición inglesa del libro: “Pablo VI ¿beato?” (“Paul VI beatified?”) donde, en el Apéndice 4, se elaboraban los textos que daban cuenta de las Apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso de Quito, de Nuestra Señora de La Salette y de Nuestra Señora de Fátima.

El último texto que había que definir era el relativo al “Tercer Secreto” de Fátima. Entonces, tomé el documento publicado por la “Neues Europa”, transcribí las frases que el Padre Villa me había indicado como frases presentes en el documento original de Lucía, las imprimí en una hoja y las entregué al Padre, para su aprobación. Algunos días después, el Padre me devolvió el folio, diciendo: «¡Está bien!». 

La edición inglesa del libro “Pablo VI ¿beato?” fue entregada a la imprenta, en las páginas 352 y 353, aparece la sucesión de frases que Don Villa me había indicado como presentes en el texto del “Tercer Secreto” de Fátima, escrito por Lucía, en una única hoja. El 11 de mayo del 2010, en vuelo hacia Fátima, Benedicto XVI, respondiendo a una pregunta sobre el “Tercer Secreto” de Fátima, clamorosamente contradecía la versión oficial del Vaticano del año 2000, para la cual la consagración de Rusia ya se había efectuado y que la profecía del Tercer secreto había concluido con el intento de asesinato de Juan Pablo II, en 1981.

Las palabras claves de Benedicto XVI fueron: «Erraríamos pensando que el mensaje profético de Fátima se hubiera realizado completamente». Por otra parte, Él expresó la esperanza de que, para el centenario de las Apariciones del 2017, se realizara “la profecía del triunfo del Corazón Inmaculado de María, para Gloria de la SS. Trinidad”. Esta frase fue una clara indicación de que la Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María no había sido hecha todavía, porque el “triunfo del Corazón Inmaculado, la “conversión de Rusia” y el “período de paz” no habían llegado aún, a pesar de que la declaración vaticana del 2000 afirmara que tal Consagración había sido hecha por Juan Pablo II, el 25 de marzo de 1984.

Esta declaración de Benedicto XVI confirmó la convicción general de los católicos tradicionalistas sobre el fraude perpetrado al mundo por el Vaticano, en el 2000. Benedicto XVI, en esta ocasión, habló además de la “necesidad de la pasión de la Iglesia que naturalmente se refleja en la persona del Papa” y, entonces, anunciaba sufrimientos para la Iglesia, especificando que tales sufrimientos provendrían no de los enemigos externos, sino del interior de la Iglesia misma. Benedicto XVI, con sus palabras del 2010, ponía en la palestra el discurso sobre el “Tercer Secreto” de Fátima, alterando la precedente posición oficial del Vaticano. ¿Por qué esta repentina retractación de Benedicto XVI sobre el “Tercer Secreto” de Fátima?



En el 2011, en presencia de un amigo que fue testigo, me encontraba frente a Don Villa, al cual, articulando las palabras, planteé esta pregunta: «Padre, ¿recuerda cuando, acerca del documento de la Revista “Neues Europa”, Usted me indicó las frases que aparecen en el “Tercer Secreto” de Fátima? ¿Recuerda que estas frases las hemos ya publicado en la edición inglesa del libro “Pablo VI ¿beato?”, en el apéndice?». Él respondió: «Sí, lo recuerdo!». Y yo dije: «¿Usted me confirma que en el texto: “El Tercer Secreto de Fátima”, publicado por la “Neues Europa” en 1963, las frases que Usted me ha indicado están realmente contenidas en el texto original del “Tercer Secreto” de Fátima, escrito por Lucía?».

Sin hesitación y con énfasis, respondió: «¡Sí, se lo confirmo!». Poco tiempo antes de que el Padre Villa muriera, volví nuevamente sobre el tema, y le pregunté: «Padre, ¿qué me dice si yo, un día, diera un testimonio sobre cuanto Usted me ha dicho y me ha hecho publicar sobre el contenido del “Tercer Secreto” de Fátima?». Serenamente, me respondió: «¡Bien, hágalo, hágalo!».

HECHOS ACERCA DE LA PUBLICACIÓN DEL ARTÍCULO: “EL SECRETO DE FÁTIMA” POR PARTE DE LA REVISTA“NEUES EUROPA”

 El 15 de octubre de 1963, alrededor de tres años después de la fecha indicada al Vaticano por Lucía dos Santos para la divulgación del “Tercer Secreto” de Fátima, en el diario alemán de Stoccarda: “Neues Europa”, con la firma del periodista Louis Emrich, aparecía el texto: “El Secreto de Fátima”, presentado con el título: “El futuro de la humanidad a la luz del acuerdo de Moscú y de las revelaciones de la Madre de Dios en La Salette y en Fátima”. El texto, filtrado por una indiscreción diplomática, habría sido enviado a título informativo por las Autoridades Vaticanas a Washington, Londres y Moscú, por creerlo indispensable para la convención sobre el cese de los experimentos nucleares. El mismo idéntico documento fue publicado en “L’Araldo di Sant’Antonio” N. 15 del 15 de mayo de 1975, por un grupo de hijos espirituales del Siervo de Dios, Santo Padre Pío de Pietrelcina.

«En 1963, la Revista alemana “Neues Europa” reveló lo que podía ser parte del contenido del “Tercer Secreto”: “Cardenales contra Cardenales y Obispos contra Obispos”. Sabemos lo que dijo el Cardenal Ottaviani, quien también leyó el “Tercer Secreto”, cuando se le preguntó si debía volver a publicarse el artículo del “Neues Europa”, respondió con gran énfasis: 

“¡Publiquen 10.000, 20.000, 30.000 copias!”; la afirmación es aún más sorprendente justamente porque proviene del Cardenal Ottaviani, un hombre de personalidad fría y circunspecta y que fue siempre más bien escéptico con respecto a la mayor parte de las apariciones» (Cfr. P. Paul Kramer, “La battaglia finale del Diavolo”, The Missionary Association, Buffalo, New York - USA, p. 213).

 «Marco Tosatti escribe: “El Padre Mastrocola, director de una hoja religiosa “Santa Rita”, pidió al Cardenal Ottaviani el permiso de reanudar la anticipación hecha por “Neues Europa”. La respuesta fue alentadora: “Bien, hágalo, hágalo” – respondió el purpurado custodio del “Tercer Secreto” – publique cuantas copias quiera, porque la Virgen quería que fuera dado a conocer ya en 1960”. 

Y de ese texto habló también la Radio Vaticana en 1977, en el décimo aniversario del viaje de Pablo VI a Fátima. El texto de “Neues Europa” tuvo mucho éxito, y fue retomado incluso, el 15 de octubre de 1978, por L’Osservatore Romano» (Cfr. P. Paul Kramer, “La battaglia finale del Diavolo”, The Missionary Association, Buffalo, New York - USA, p. 213, nota 18).



En la presentación del artículo: “El Secreto de Fátima”, publicado por la “Neues Europa”, está escrito: «La autenticidad de tal documento jamás ha sido desmentida por el Vaticano». No había nada para desmentir por parte del Vaticano, porque era el mismo documento el que se desmentía por sí solo a causa de su prolijidad: era demasiado extenso y por tanto, ¡necesariamente, era falso! La “clave de lectura” de ese documento, escrito por el Card. Ottaviani, en cambio, era otra: conocer, en tal documento, ¡las frases que constituían el “Tercer Secreto” de Fátima!

Llegados a este punto, es bueno recordar que Don Luigi Villa, en 1956, recibió directamente del Padre Pío el encargo de dedicar su vida a defender a la Iglesia de Cristo de la obra de la Masonería eclesiástica, y que este encargo fue confirmado, luego, por un mandato papal del Papa Pío XII. 

Fue por esta razón que, durante muchos años, Don Luigi Villa desempeñó el rol de “agente secreto” del Card. Ottaviani, que había recibido de Pío XII el encargo de adiestrar al Sacerdote e informarlo de los secretos de la Iglesia que se relacionaban con su mandato papal. Entre los encargos delicados que se le asignaron, en ese período, estuvo también el de llegarse a Sor Lucía de Fátima, con una “carta personal” del Prefecto del Santo Oficio, Card. Ottaviani, que lo autorizaba a tener un coloquio con la vidente.

El 3 de marzo de 1973, entrado en la oficina del Obispo de Leiría, Don Luigi Villa sufrió «la habitual táctica usada por Pablo VI con todos los que se oponían a su progresismo y que no pensaban como Él acerca de Fátima. (...) Después de haber contactado a Mons. Benelli en la Secretaría de Estado, que se llegó a Pablo VI para consultarlo, y después de haber recibido la respuesta, el Obispo de Leiría, se volvió a mí, crudamente, me dijo que para mí no había ninguna posibilidad de acercarme a Sor Lucía y menos aún de hablarle».

El Card. Ottaviani, puesto luego al corriente de lo sucedido, «jadeó y dijo: “¡Esto a mí!.. al Prefecto del Santo Oficio, y sin siquiera decirme una palabra!.. Escribiré en seguida “in alto (al Papa)”. Apenas tenga respuesta, La volveré a llamar y La pondré al corriente del contenido”». (Chiesa viva n. 356, dic. 2003, p. 14).

¿Por qué el Card. Ottaviani, que ya había leído el “Tercer Secreto” en 1960, envió a Don Luigi Villa a ver a Lucía, en 1973, para un encuentro personal? El Padre, el día en que me estaba relatando esta “aventura”, pronunció esta frase: «El card. Ottaviani, antes de que yo partiera, me dijo: “Estoy seguro de que contigo, Lucía hablará”». Evidentemente, el Card. Ottaviani no aludía al contenido del “Tercer Secreto” que él ya conocía, y tampoco podía pensar en obtener “ciertas informaciones” por parte de Lucía, ¡enviándole un Sacerdote que no estuviese ya en conocimiento del contenido del “Tercer Secreto” de Fátima!

He aquí el texto publicado por la revista “Neues Europa”, el 15 de octubre de 1963, en el cual, en rojo, he destacado las frases que el Padre Luigi Villa me indicó como frases contenidas en el “Tercer Secreto” de Fátima, escrito por Lucía dos Santos en un papel de carta, el 3 de enero de 1944, y visto, tocado con las propias manos y leído por el Cardenal Ottaviani, a medio día del 13 de mayo de 1960.

EL SECRETO DE FÁTIMA
 (Publicado por la Revista alemana de Stoccarda, “Neues Europa” el 15 de octubre de 1963) 

TEXTO DEL SECRETO 
«No tengas temor, querida niña. Soy la Madre de Dios, que te habla y te pide que hagas público el presente Mensaje al mundo entero. Haciendo esto, encontrarás fuertes resistencias. Escucha bien y presta atención a lo que te digo: Los hombres deben corregirse. 

Con humildes súplicas, deben pedir perdón por los pecados cometidos y los que pudieran cometer. Deseas que te de un signo, a fin de que todos acepten Mis Palabras que digo a través de ti, al género humano. Has visto el Prodigio del Sol, y todos, creyentes, incrédulos, campesinos, ciudadanos, intelectuales, periodistas, laicos, sacerdotes, todos lo han visto. Y ahora proclama en Mi Nombre: 
Un gran castigo caerá sobre todo el género humano, no hoy, ni mañana, sino en la segunda mitad del siglo XX. Lo había ya revelado a los niños Melania y Maximino, en “La Salette” y hoy te lo repito a ti, porque el género humano ha pecado y pisoteado el Don que le había hecho. En ninguna parte del mundo habrá orden y Satanás reinará en los más altos puestos, determinando el curso de los acontecimientos. Él logrará introducirse efectivamente hasta la cumbre de la Iglesia.

Él logrará seducir los espíritus de los grandes científicos que inventan las armas, con las cuales será posible destruir en pocos minutos gran parte de la humanidad. Dominará a los poderosos que gobiernan a los pueblos, y los incitará a fabricar enormes cantidades de armas. Y, si la humanidad no se opusiera a ello, me veré obligada a dejar caer el brazo de Mi Hijo. Entonces verás que Dios castigará a los hombres con mayor severidad de la que lo había hecho con el diluvio. Vendrá el tiempo de los tiempos y el fin de los fines, si la humanidad no se convierte; y si todo quedase como ahora, o peor, se agravara, los grandes y los poderosos perecerán junto a los pequeños y débiles.

También para la Iglesia, vendrá el tiempo de sus más grandes pruebas. Cardenales se opondrán a Cardenales, Obispos a Obispos. Satanás marchará en medio de sus filas, y en Roma habrá cambios. Lo que está podrido caerá y lo que caiga no se levantará más. La Iglesia será oscurecida y el mundo trastornado por el terror. 

Vendrá el tiempo en que ningún Rey, Emperador, Cardenal ú Obispo, esperará a Aquél que sin embargo vendrá, pero para castigar según los designios de mi Padre. Una gran guerra se desencadenará en la segunda mitad del siglo XX. Fuego y humo caerán del Cielo, las aguas de los océanos se convertirán en vapor, y la espuma se levantará, trastornando y sumergiendo todo. Millones y millones de hombres perecerán de hora en hora; los sobrevivientes envidiarán a los muertos. A donde se vuelva la mirada, habrá angustia, miseria, ruina en todos los países. ¿Ves? El tiempo se acerca cada vez más, y el abismo se ensancha sin esperanza. Los buenos perecerán junto a los malvados, los grandes con los pequeños, los Príncipes de la Iglesia con sus fieles, y los gobernantes con sus pueblos.

Habrá muerte por todas partes a causa de los errores cometidos por los insensatos y por los partisanos de Satanás quien entonces, y solamente entonces, reinará en el mundo. Finalmente, los que sobrevivan a todos los eventos, los que estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y Su Gloria, y Lo servirán como en un tiempo, cuando el mundo no estaba así pervertido. Ve, mi pequeña, y proclámalo. A tal fin, estaré siempre a tu lado para ayudarte».

EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA 

Un gran castigo caerá sobre todo el género humano, no hoy, ni mañana, sino en la segunda mitad del siglo XX. En ninguna parte del mundo habrá orden y Satanás reinará en los más altos puestos, determinando el curso de los acontecimientos. Él logrará introducirse efectivamente hasta la cumbre de la Iglesia.

También para la Iglesia, vendrá el tiempo de sus más grandes pruebas. Cardenales se opondrán a Cardenales, Obispos a Obispos. Satanás marchará en medio de sus filas, y en Roma habrá cambios. Lo que está podrido caerá y lo que caiga no se levantará más. La Iglesia será oscurecida y el mundo trastornado por el terror. Una gran guerra se desencadenará en la segunda mitad del siglo XX. Fuego y humo caerán del Cielo, las aguas de los océanos se convertirán en vapor, y la espuma se levantará, trastornando y sumergiendo todo. Millones y millones de hombres perecerán de hora en hora; los sobrevivientes envidiarán a los muertos.

Habrá muerte por todas partes a causa de los errores cometidos por los insensatos y por los partisanos de Satanás quien entonces, y solamente entonces, reinará en el mundo. Finalmente, los que sobrevivan a todos los eventos, los que estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y Su Gloria, y Lo servirán como en un tiempo, cuando el mundo no estaba así pervertido.


Las medidas de la carta de Lucia
Ahora, volviendo a las dimensiones del papel, sobre el cual Sor Lucía escribió el “Tercer Secreto” de Fátima, damos cuenta de dos citas extraídas de documentos manuscritos de Mons. João Pereira Venancio. «El 1° de marzo de 1957, Mons. João Pereira Venancio consigna el documento a la nunciatura portuguesa. 

Antes de dejar el precioso documento en la nunciatura, Mons. Venancio mira el misterioso documento a contra luz y discierne una simple hoja con algunas líneas de escritura. Él ha identificado, en la transparencia, la medida del sobre y la mancha que cubre las palabras escritas por Sor Lucía, pero no logró leer el contenido, cuenta el P. Luciano Cristino, director del Servicio de los estudios y de la difusión del Santuario de Fátima.

El Servicio de los estudios (SESDI), desde julio de 1982, posee en sus archivos un documento manuscrito de Mons. João Pereira Venancio en el cual relata exactamente lo que ha visto en trasparencia, antes de devolver el sobre a la nunciatura. (...) He aquí la transcripción del texto: 

“He llevado la carta a la nunciatura a las 12 horas del 1° de marzo de 1957. (El papel más grande corresponde a la medida del sobre externo, con la data del 8.12.1945 [14,5 x 22 cm]. El segundo papel corresponde a lo que fue visto en el interior en transparencia [12 x 18 cm]. La carta – que podía también ser vista en transparencia – es de un formato un poco más pequeño, a 75 mm de la parte superior y del lado derecho. En los otros lados, se adapta a la medida de del interior del sobre.

El exterior del sobre tenía en la parte trasera el sello de Mons. José en cera roja. En transparencia, no se veía nada al interior pero se adivinaba que había cera en los cuatro ángulos”)» (Laurent Morlier, “Il Terzo Segreto di Fatima pubblicato dal Vaticano è un falso - Eccone le prove...” Salpan Editore, 2005, p. 217).

«Segúnel Hno. Michel (p. 321) Mons. Venancio habría anotado también que la escritura en la hoja tenía 3/4 de centímetros de margen y Kramer señala la discrepancia con el manuscrito del 2000 que no tiene márgenes. Pero el documento de Mons. Venancio que ha sido publicado recientemente, dice algo diverso. 

El prelado ha anotado las dimensiones del sobre de Lucía (12 x 18 cm) y observa que “la carta”, vista también ella en transparencia, es un poco más pequeña del formato, 3-4 cm menos arriba y hacia la derecha, mientras que sobre los otros lados coincidía con el interior del sobre». (Aura Miguel, “Totu tuus” p. 141)

Las dos citas podrían coincidir entre sí si se pudieran corregir dos imprecisiones: 75 mm debería en cambio ser 7,5 mm, y 3-4 cm debería 3/4 cm. Esto estaría confirmado por las dos frases: “la carta” vista en transparencia, “es de un formato un poco más pequeño...”, y “es un poco más pequeña del formato (del sobre de Lucía)”... Llegados a este punto, las dimensiones de la carta son finalmente claras y definitivas: el formato del sobre de Lucía tiene menos de 3/4 cm (o 7,5 mm) por encima y hacia la derecha, mientras que en los otros lados coincidía con el interior del sobre”. La carta entonces tiene el formato: 11,25 cm x 17,25 cm.

Insertando las frases del “Tercer Secreto” en una hoja con las dimensiones 11,25 x 17,25 cm con un margen de 7,5 mm, obtenemos el siguiente resultado:

Un gran castigo caerá sobre todo el género humano, no hoy, ni mañana, sino en la segunda mitad del siglo XX. En ninguna parte del mundo habrá orden y Satanás reinará en los más altos puestos, determinando el curso de los acontecimientos. Él logrará introducirse efectivamente hasta la cumbre de la Iglesia. También para la Iglesia, vendrá el tiempo de sus más grandes pruebas. Cardenales se opondrán a Cardenales, Obispos a Obispos. Satanás marchará en medio de sus filas, y en Roma habrá cambios. Lo que está podrido caerá y lo que caiga no se levantará más. La Iglesia será oscurecida y el mundo trastornado por el terror. Una gran guerra se desencadenará en la segunda mitad del siglo XX.

Fuego y humo caerán del Cielo, las aguas de los océanos se convertirán en vapor, y la espuma se levantará, trastornando y sumergiendo todo. Millones y millones de hombres perecerán de hora en hora; los sobrevivientes envidiarán a los muertos. Habrá muerte por todas partes a causa de los errores cometidos por los insensatos y por los partisanos de Satanás quien entonces, y solamente entonces, reinará en el mundo. Finalmente, los que sobrevivan a todos los eventos, los que estén aún con vida, proclamarán nuevamente a Dios y Su Gloria, y Lo servirán como en un tiempo, cuando el mundo no estaba así pervertido.

«Satan logrará introducirse efectivamente hasta la cumbre de la Iglesia».